La obesidad infantil es una enfermedad del S.XXI, que se ha convertido en un problema de salud pública, considerándose por la OMS epidemia a nivel mundial, llegando en España a una prevalencia del 23,3% de sobrepeso y 17,3% de obesidad en niños de 6 a 9 años: 4 de cada 10 escolares tiene problemas de peso.
¿Qué entendemos por obesidad infantil?
El sobrepeso y la obesidad se producen cuando hay una acumulación de exceso de grasa en el cuerpo, siendo una causa de preocupación para la salud. Para saber si un niño tiene obesidad, los pediatras utilizan los patrones de crecimiento infantil que marca la OMS: talla/estatura para la edad, peso para la edad, peso para la talla, peso para la estatura e índice de masa corporal para la edad (IMC), siempre teniendo en cuenta el sexo.
Hay tres momentos importantes en los que las familias deben estar atentas, y tomar medidas preventivas:
- En el tercer trimestre de gestación
- El primer año de vida del niño
- Entre los 5 y 7 años de edad
Es muy importante diagnosticar a un niño con sobrepeso u obesidad, pero puede ser difícil debido a los continuos cambios de crecimiento, por lo que siempre que haya duda hay que consultar al pediatra. También se podrá acudir a un dietista, nutricionista o endocrino cuando el pediatra lo estime necesario.
¿Qué causa la obesidad infantil?
Se ha estudiado que el sobrepeso o la obesidad responde a múltiples factores, entre los que destacan:
Alimentación inadecuada
Como vimos en consejos anteriores, debemos alimentarnos de comida real, evitando productos ultraprocesados abundantes en grasas y azúcares añadidos. El consumo de estos productos se ha normalizado, y la cantidad de azúcar añadido que ingerimos es muy superior a la recomendada. En muchas ocasiones no se es consciente de que ciertos alimentos, como algunos panes, embutidos o cereales de desayuno llevan azúcares añadidos: no todo el azúcar que tomamos viene del azucarero, por lo que debemos leer las etiquetas.
Adicionalmente, para evitar la acumulación de grasa corporal, el número de calorías que se ingieren debe ser equivalente al número que se gasten, evitando el exceso que pasaría a formar parte del tejido adiposo. Es decir: comamos lo que vayamos a gastar.
Ocio sedentario y entorno escolar
Hoy en día, los niños pasan más horas frente a pantallas, por lo que debemos incentivar la actividad física y el juego al aire libre. Por otro lado, las instalaciones del colegio influyen en el riesgo de llevar una alimentación inadecuada: es importante saber si disponen de agua, si han máquinas de vending o cafeterías donde se puedan adquirir productos no saludables, y de qué menú se trata si se quedan en el comedor escolar, llevándose idealmente de casa productos saludables alternativos.
Aspectos psicológicos, sociales y coyunturales
Algunos niños manejan las alteraciones psicológicas a través de la comida, desarrollando una relación insana con ella que les puede conducir a tener trastornos alimenticios o problemas de peso.
Es importante también que los padres de los niños sean conscientes de que sus hijos tienen un problema de peso: 9 de cada 10 progenitores de niños con sobrepeso y 4 de cada 10 obesos consideran que el peso de su hijo es normal.
Según la OMS, la obesidad infantil responde también actualmente en gran medida a los cambios sociales derivados de los hábitos diarios, la planificación urbana, la comercialización de los alimentos y los planteamientos educativos, requiriendo por tanto de un enfoque poblacional, multisectorial y multidisciplinar: a diferencia de los adultos, los niños no pueden elegir el entorno en el que viven ni los alimentos que consumen. La publicidad relacionada con la alimentación muchas veces incentiva a los niños (y a los padres) a comer alimentos que no son saludables, o confunden haciendo creer que un alimento es sano cuando en realidad no lo es.
Consecuencias principales de la obesidad infantil
- En la salud: los niños con obesidad tienen mayor probabilidad de convertirse en adultos con sobrepeso u obesos, y de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, diabetes, hipertensión arterial, artrosis, algunos tipos de cánceres, enfermedad de hígado graso no alcohólico o problemas cutáneos.
- Psicológicas y emocionales: un niño con sobrepeso u obesidad puede sufrir consecuencias psicológicas como desánimo, depresión, ansiedad o trastornos que acaben en anorexia o bulimia.
- Sociales: se puede sentir excluidos y/o sufrir bullying por parte de los compañeros, lo que repercutirá en su autoestima. Cuanto antes se identifique, más fácil de solucionar será.
¿Padres obesos = hijos obesos?
Según el origen de la obesidad, se puede clasificar en:
- Obesidad endógena se debe a problemas orgánicos de tipo genético, endocrinológicos o metabólicos, y representan sólo el 1% de los casos de la obesidad infantil.
- Obesidad exógena representa el 99% restante y es aquella que se produce por una alimentación en exceso, desajustes nutricionales, hábitos sedentarios y un estilo de vida inadecuado.
Podemos comprender entonces que no porque un progenitor padezca obesidad, el niño también la va a tener. Esto en raras ocasiones puede ocurrir, pero es más probable que sea por copiar el estilo de vida y los hábitos poco saludables que por una cuestión genética
¿Cómo prevenir y revertir la obesidad?
Una vez que sabemos qué es y las causas que producen la obesidad, son muchas las cosas que se pueden hacer para prevenir y revertirla. El factor principal consiste en seguir los consejos previos sobre la alimentación, entre los que destacamos:
- Seguir, como norma, el plato nutricional del primer consejo: mitad verduras, un cuarto de cereales integrales, y el otro cuarto de proteínas como huevo, legumbres, pescado o carne.
- Tomar las 5 raciones recomendadas de frutas, verduras y hortalizas al día, eligiendo las piezas enteras entre comidas para llegar con menos apetito a la siguiente comida.
- Incluir en el desayuno una porción de lácteo, una de fruta, cereales integrales (no industriales con azúcares añadidos) y una grasa saludable como el aceite de oliva.
- Evitar galletas, bollería, chucherías, ultraprocesados y en general tomar productos bajos en grasa y que éstas sean saludables.
Desde el punto de vista de los hábitos y costumbres, estas pautas pueden ser de ayuda:
- Comer en familia en un ambiente relajado, alegre y sin pantallas, para tener la atención plena en la comida.
- Beber agua suficiente durante el día.
- Tener una rutina diaria: horarios de alimentación, de obligaciones escolares y familiares, de cuidado personal, tiempo de ocio y juego activo al aire libre.
- Dar prioridad al descanso, durmiendo horas suficientes y de buena calidad.
- Hacer la compra en familia para saber qué alimentos son saludables, y cocinarlos juntos.
- Los padres son un ejemplo para los hijos: trasmitirles hábitos saludables y hacer ejercicio físico en familia, o ir y volver caminando al colegio o a los lugares que sean posibles.
- A partir de los 5 años, realizar actividad física diaria aproximadamente de 1 hora.
- Cuidar el espacio para la expresión de las emociones, desarrollando un entorno de apoyo familiar con mensajes positivos, teniendo en cuenta que cuanto menor sea el niño, más atención y apoyo necesita. Es importante darles confianza y no hablar excesivamente de su sobrepeso.
- Si al niño le cuesta comer comida sana, o desea mucha cantidad:
- No comer directamente de la bolsa o paquete, ponerlo en un plato de un tamaño adecuado (no grande), y comer despacio, para darle al organismo tiempo de generar la señal de saciado.
- Poner platos variados, apetitosos y divertidos, con formas y colores.
- Evitar usar la comida como premio y/o castigo.
En cualquier caso, frente a la aparición de sobrepeso, obesidad o sospecha de esto, o frente a dudas sobre cómo manejar el problema, lo prioritario es acudir al pediatra.
¿Qué otras acciones se están tomando?
La OMS ha establecido una comisión de alto nivel para tratar la obesidad infantil, donde expertos de todo el mundo de diferentes disciplinas asesoran sobre cómo resolver esta epidemia. Otros emprendimientos como el Estudio Aladino, la Estrategia NAOS o el Código PAOS son relevantes en la investigación y prevención de la obesidad infantil.
Para abordar este problema es necesario un compromiso político en el que colaboren los gobiernos, todas las instituciones competentes (púbicas y privadas) y la población en general para instaurar hábitos saludables.
Referencias y Bibliografía
· ¿Qué se puede hacer para luchar contra la epidemia de obesidad infantil? – OMS
· ¿Cuáles son las causas? – OMS
· Obesidad infantil – SEEDO: Sociedad Española de Obesidad
· Obesidad – SEEP: Sociedad Española de Endocrinología Pedriatrica
· La epidemia que viene: la obesidad infantil – Sociedad Española de Odontopediatría
· Obesidad infantil: infografía – EUFIC
· Estudio de prevalencia de la obesidad infantil: Estudio ALADINO (Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad)
· Políticas alimentarias para prevenir la obesidad y las principales enfermedades no transmisibles en España: querer es poder